Paula Sánchez Sáez:

Doctora en Astronomía.

“Actualmente trabajo como fellow en la sede de Alemania del Observatorio Europeo Austral (ESO). Esta posición es muy prestigiosa y sé que en parte el premio FWIS me ayudó a conseguirla”.

PAULA SÁNCHEZ SÁEZ

Doctora en Astronomía (PhD) de la Universidad de Chile, y licenciada en Astronomía de la misma casa de estudios. Actualmente es investigadora posdoctoral del Observatorio Europeo Austral (ESO).

Hay temáticas de estudio que desafían a los investigadores a indagar en áreas ocultas del conocimiento. Esto sucede en la astronomía con los núcleos activos de galaxias o cuásares, que son seguidos a través de la pista que deja su luz.

Siguiendo ese rastro Paula Sánchez Sáez pudo abordar este fenómeno en su tesis de doctorado gracias a los telescopios que se encuentran disponibles en Chile, a través de los cuales pudo observar cómo estos objetos cambian su luz en el tiempo.

Posteriormente realizó un postdoctorado en el instituto Milenio de Astrofísica (MAS), trabajó en el proyecto ALeRCE, una iniciativa liderada por investigadores de universidades chilenas, a cargo de procesar datos masivos de telescopios de mapeo. Actualmente, se encuentra realizando una Fellowship en el Observatorio Europeo Austral (ESO), en su sede central en Alemania, donde continúa su trabajo sobre la variabilidad de la luz de los cuásares. Pronto comenzará una posición de astrónoma de soporte en el mismo observatorio (ESO). 

Desde temprana edad tuvo interés por la Astronomía. Específicamente capturó su atención un Icarito (revista de contenidos escolares) de los años ochenta, que era una publicación que guardaba su padre para entender el origen de las estrellas.

Desde ese hecho anecdótico pero significativo pasaron años hasta que (durante sus estudios de astronomía) se encontró con el concepto de “núcleo activos de galaxias” o “cuásares”, fenómeno que la cautivó como investigadora y que la mantiene a la vanguardia con alrededor de 30 publicaciones, seis de ellas de primer autor, referentes en esta materia.

“Lo más difícil de este camino en la ciencia ha sido lidiar con la falta de confianza en mis capacidades. Muchas veces las científicas sufren de un mal llamado ‘síndrome del impostor’, y yo no soy la excepción. Día a día debo recordarme que los logros que he obtenido han sido gracias a mi talento y mi esfuerzo, y no simplemente a la suerte o al azar”